Hoy estoy contenta.
Me doy cuenta que aunque en algún momentos del día tengo mis bajones, mi actitud frente al día a día lo considero positivo, fuerte, agradable, dulce, refrescante, agasajador. Y es que no es fácil que en nuestro caminar del día a día sepamos como elegir lo que más nos interesa.
Tengo una preciosa nieta que me hace sonreír, disfrutar de los domingos. Claro que tiene una facilidad para pasar de una acción a otra, de un tema a otro que es difícil seguirla en su rápido caminar, y termino mi día de domingo hecha polvo, cansada, pero tremendamente feliz.
Yo no soy muy niñera, y no podía imaginar que después de haber criado a mis hijos, yo pensaba que ya había cumplido. A mi los niños me dan un poco de miedo, de responsabilidad agobiante, eso que no sabes que les pasa, que es lo que les agobia, me crea ansiedad. Pero el disfrutar de mi nieta los domingos, de una niña pequeña y preciosa, de un carácter abierto, social, agradable, con una preciosa sonrisa, y que crece como la calabazetas, de semana en semana es un precioso premio del que estoy agradecida.
Que guapa!!!!
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